El papel del microbioma intestinal en la rosácea
Los microbios que habitan en nuestro intestino no solo nos ayudan a digerir los alimentos, sino que también influyen en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, nuestro metabolismo e incluso en la salud de nuestra piel. Cuando el microbioma intestinal está equilibrado, esto ayuda a mantener controlada la inflamación. Pero cuando se altera, puede desencadenar una cascada de respuestas inmunitarias e inflamatorias que afectan a todas las áreas del cuerpo, incluida la piel. Las alteraciones en el microbioma intestinal pueden desempeñar un papel en el desencadenamiento de la rosácea. En particular, los estudios han encontrado mayores tasas de trastornos intestinales como el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO), el síndrome del intestino irritable e incluso infecciones por Helicobacter pylori en personas con rosácea.,, Estas asociaciones sugieren que un intestino desequilibrado puede preparar el terreno para la inflamación de la piel, ya sea aumentando la inflamación sistémica o alterando la forma en que el sistema inmunológico responde a los desencadenantes ambientales.
Disbiosis intestinal: Cómo el desequilibrio puede impulsar los brotes

Estrategias de tratamiento personalizado para la rosácea
Dado que siempre habrá una variabilidad considerable en la composición del microbioma intestinal y los desencadenantes específicos de la enfermedad entre pacientes, un enfoque único para el tratamiento de la rosácea a menudo es insuficiente. Con los enfoques de tratamiento personalizado, el objetivo es determinar qué desequilibrios están impulsando los síntomas en cada paciente, para que las intervenciones como cambios en la dieta, ajustes en el estilo de vida como reducir el estrés o la ingesta de alcohol, o los probióticos, puedan adaptarse para obtener los mejores resultados. La evidencia crece de que modular el microbioma intestinal puede marcar una verdadera diferencia. Por ejemplo, en un ensayo clínico, pacientes con rosácea papulopustulosa que tomaron E. coli Nissle junto con una dieta vegetariana y terapia tópica estándar experimentaron una mejora significativa en sus síntomas, en comparación con aquellos que recibieron solo dieta y tratamientos tópicos. Las mejoras incluyeron una piel mejorada, heces normalizadas y un cambio hacia bacterias intestinales protectoras. Apoyando este enfoque, un estudio reciente en ratones probó dos cepas probióticas, Ligilactobacillus salivarius 23-006 y Lacticaseibacillus paracasei 23-008, por sus efectos en la inflamación de la piel similar a la rosácea. La combinación de estas cepas redujo las lesiones cutáneas y la inflamación, mejoró el equilibrio de la microbiota intestinal y fortaleció la barrera intestinal. Estos hallazgos resaltan cómo dirigirse al microbioma intestinal podría ser una estrategia práctica para manejar la rosácea.Cómo Enbiosis apoya el equilibrio del microbioma

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